Escondiendo las sonrisas

...

   -¿Por qué tienes esa cara chico?, pareciera como si estuvieras viendo monstruos.

      -Es queee, no entiendo qué pasa, de repente estaba caminando por aquí, en esta calle tan solitaria, en donde los pocas personas que llegaba a ver parecían no tener ninguna intensión de acercarse, ni mucho menos de saludar. Todos con sus ojitos asustados y sus gestos de preocupación, pero lo que más me llama la atención son esas hojas de colores que tienen pegadas en la cara y que cubren la parte inferior de su rostro.

-¿ayy pero que no lo sabes?, ¿no sabes de la nueva enfermedad que azota a este pueblo? 

-¡¿Una enfermedad?!

-¡Sonrisitis chico!, cuentan que es una enfermedad muy grave, se contagia con tan solo reírse un poco ¿lo puedes creer?. Por suerte no soy una chica que suela reírse de cualquier tontería, pero dicen que al primer asomo de sonrisa, tu boca empieza a crecer y crecer, hasta que abarca de cachete a cachete, dibujando una inmensa carcajada en tu cara. Es por eso que las personas usan un cubrebocas, o eso a lo que tú llamas papel de colores, para esconder sus bocas sonrientes.

-¡Que barbaridad, que enfermedad tan rara!

Entonces ella me dijo que la acompañara por un helado sobor menta-chocolate y decidí aceptar, al sentirme ahora más tranquilo junto a ella, me empecé a imaginar que las personas se quitaban sus cubrebocas y dejaban ver sus enormes bocas; la imagen me pareció graciosa, y sentí como la línea de mi boca se curvó un poco, mi boca comenzó a estirarse por mi cara.  Ella me veía y empezó a burlarse de mí y su boca empezaba a crecer también y nos reíamos mucho mucho.

...

Y fue ahí cuando me di cuenta que me había quedado dormido sentado en el escusado de nuevo, ay esas siestas involuntarias son tan inconvenientes. Me puse a pensar en el gracioso sueño que había tenido y me dio mucha risa, por suerte no me creció la boca, pero si me hizo recordar esa terrible pandemia de influenza por la que no he salido mucho de mi casa y por la que muchos estamos asustados.

Al principio me parecía muy difícil pensar en que no podría salir de mi casa y hasta comencé a buscar pretextos: "que es un distractor político y que tengo muy buenas defensas y esas cosas"; pero después al ver las noticias y los comentarios de las personas, comencé a asustarme de verdad y decidí que cumpliría uno de mis sueño, quedarme en mi casa una semana completa. Imaginen todas las cosas divertidas que se pueden hacer, y si ustedes no tienen aun planes para su estancia en el hogar aquí les dejo mis recomendaciones:

• Llamar al número telefónico donde te dan la hora, no recuerdo cual es, pero me encantaba hacerlo de pequeño.
  
• Escuchar el himno nacional puntualmente en el radio a las 24 hrs.
  
• Ponerte al tanto de las novelas que ve tu mamá.
  
• Limpiarse exhaustivamente el ombligo.
  
• Sacar todas las cosas de los cajones y organizarlas de una manera novedosa y diferente.
  
• Escribir un cuento con una crayola en la pared de tu cuarto.
  
• Construir una pirámide de 10 pisos con cartas de baraja.
  
• Escribir un diario de todas las cosas que no haces por estar en tu casa, pero que te gustaría hacer.
  
• Hacerte fanático de las películas del cine de oro mexicano.
  
• Hacer yoga con tu perro.
  
• Escuchar el programa de la mano peluda en el radio.
• Hacerse un Don Juan o Doña Juana del internet, consiguiendo cibernovios.
• Practicar para el próximo torneo de aviones de papel.
  

   O bueno siempre estará también la opción de escribir un blog. Por cierto si su sonrisa llegara a crecer, no la escondan hace falta ver sonrisas en estos días.